sábado, 22 de octubre de 2011

Quiero ser siempre un niño, con cara de adulto, con cara de anciano, con cara de perro o mono, pero siempre un niño.

Preocuparme demasiado por el tiempo no es lo mío, dejo a los días irse, me diluyo en ellos, no trato de preservar cada segundo. Las partículas del tiempo son insignificantes, yo quiero notar de vez en cuando alguna insignificancia, y no guardarme todas de un tirón sólo para que sus ligas insulsas me signifiquen una larga vida...
Notarme sólo en pocas ocasiones habitante del tiempo, y no creer que me avasalla sólo por pensarlo.

Exijo como todo buen niño in-consecuencias, que la plastosa razón se me despegue de una vez por todas, y pueda expulsar todo chicle que rellenó un vacío.

Quiero que se me deslinde del tiempo, ser tratado como un niño nuevo!, que no me vean seguir ningún camino, sino que admirados observen cómo mi construcción despoja sus ruinas, mientras su tiempo se consume pero no el mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario